Y ninguno de ellos enseñara a su conciudadano ni
ninguno a su hermano, diciendo: “Conoce al Señor,” porque todos Me conocerán,
desde el menor hasta el mayor de ellos.
Hebreos 8:11
Como padre o alguien que sirve en la Escuela
Dominical, tú puedes pensar que los niños bajo tu cuidado son demasiado
pequeños para conocer al Señor. Y te preguntas si estás perdiendo tu tiempo
leyendo historias de la Biblia y cantando alabanzas con ellos.
O quizás has estado comprando CDs de prédicas para
tus padres o abuelos que no conocen del Señor, y te preguntas si les será muy
difícil comprender las enseñanzas
bíblicas.
Mi amigo, no
subestimes al Espíritu Santo. Muchas
personas mayores que han escuchado por primera vez de Jesús, por medio de
nuestros mensajes grabados que han recibido de sus hijos, son ahora creyentes
nacidos de nuevo y asisten a la iglesia de forma regular. Y están tan
llenos de Jesús, que no pueden dejar de hablar de Él a sus familiares y amigos.
Incluso a una niña pequeña como mi hija Jessica,
que cuando tenía un año de edad podía levantar sus manos espontáneamente
siempre que escuchaba canciones cristianas, pero no lo hacía con las canciones
seculares. Mi esposa Wendy y yo nunca le
enseñamos a reconocer las canciones cristianas.
La única explicación que tenemos es que fue enseñada por el Señor Mismo. (Isaías 54:13)
Cuando Jessica cumplió los dos años, nos sorprendió
nuevamente. Wendy la estaba llevando a
la cama una noche, cuando Jessica la miró y le dijo: “Jesús murió por Jessica
porque Jesús ama a Jessica.” Nadie le
había enseñado a decir eso. Pero yo
recuerdo estarla viendo cuando era más pequeña y por fe decir: “Sabes, querida,
Jesús murió por Jessica.” Ella solo me
miró y yo no sabía si ella me había entendido entonces. Yo solo creí
que el Espíritu Santo es un mejor
maestro de lo que yo soy.
Así que, no
limites al Espíritu Santo al decirle
cosas como: “Los niños son demasiado pequeños… Mis abuelos no tuvieron
educación… Mi amigo ateo no va a estar interesado…” Solo envía
la Palabra de Dios a sus vidas por fe, y
confía en que el Espíritu Santo les de la enseñanza y la impartición. Porque Dios dice que ninguno tendrá que
enseñar a otro que conozca al Señor, ¡porque todos lo conocerán, desde el menor, incluyendo a los niños
pequeños, hasta el mayor!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
Muchas gracias por tu dedicación Claudia, cada día leo y comparto los mensajes que me llegan por correo. Te deseo lo mejor!
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