Dios, que da vida a los muertos y llama a
las cosas que no existen, como si existieran.
Romanos 4:17
“Pastor Prince, yo siento dolor en mi cuerpo. ¿Cómo puedo ir por ahí diciendo que
Cristo me ha redimido de esta enfermedad?
¿Cómo puedo decir que por Sus
heridas yo he sido sanado?”
Bien, la
manera de Dios es llamar a esas
cosas que no son, como que si fueran. Y ya
que tú has sido hecho a imagen de
Dios, ¡tú también puedes llamar a
esas cosas que no son, como que si fueran!
Cuando Dios quería hacer a Abraham el padre de
muchas naciones, ¿qué fue lo que hizo? Él cambió la manera en que Abraham hablaba. En ese tiempo, Abraham todavía no tenía a
ningún hijo de Sarah porque ella era estéril.
Así que, ¿cómo podría el
convertirse en el padre de muchas naciones?
Dios cambió la manera en que él hablaba.
¿Cómo? Cambiando su nombre de Abram a Abraham, que significa “padre de
muchas naciones.” (Génesis 17:5)
Solo imagina: A partir de ese momento, cada vez que él conociera a alguien, él
diría: “Hola, mi nombre es Padre de Muchas Naciones.” Cada
vez que la cena estuviera lista, Sarah llamaría a Abraham así: “¡Querido…
Padre de Muchas Naciones… la cena está
lista! ¡Padre de Muchas Naciones..!” Podrías escuchar a sus vecinos decir: “¡Ellos
desean tanto un hijo que han perdido la razón!”
Pero Dios cambió la manera en que
Abraham hablaba, para que pudiera llamar a existencia lo que Dios había visto
que sería su bendición.
Sabes, cuando Jesús vio al hombre con la mano seca,
Él no dijo: “¡Mi Dios! ¡Está tan seca!” Él dijo:
“¡Extiende tu mano!” (Mateo 12:13)
Él llamó a existencia lo que Él
quería. Él vio al paralítico y dijo:
“¡Levántate,
toma tu camilla y vete a tu casa!”
(Mateo 9:6) Él no vio lo que era en lo natural. Él vio la manera en la que Dios
había deseado que fuera y lo llamó a existencia.
Génesis 1 nos dice que en el principio, la
oscuridad cubría la faz de la tierra y Él
dijo: “¡Sea la luz!” Y la luz fue. ¡Dios
llamó a existencia lo que Él quería, y esto fue hecho! Si hubiéramos sido tú o yo, probablemente
hubiéramos dicho: “¡Wow! ¡Está tan oscuro!”
Mi amigo, a
pesar del dolor, llama a existencia tu sanidad. No tiene sentido declarar lo obvio. Así que, cambia
la manera en que hablas. Mira la manera en que Dios ha deseado que
las cosas existan, ¡y comienza a llamar a existencia tu sanidad y plenitud!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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