Como el Padre que vive Me envió, y Yo vivo por
el Padre, asimismo el que Me come, él también vivirá por Mí.
Juan 6:57
Hace algún tiempo visité
al amigo de un miembro de la iglesia, quien tenía cáncer y quería ser
sanado. Él era todo oídos, tomando y
absorbiendo todo lo que yo compartía con él.
Hoy, él alaba con nosotros en nuestra iglesia y está completamente sano del cáncer.
Recuerdo también haber
visitado el hogar de otro hombre por invitación de los miembros de su
familia. Él también estaba sufriendo de
cáncer. Cuando entré a su casa, el
hombre tenía encendida su televisión. Yo
comencé a compartirle a Cristo, pero él no estaba interesado del todo en lo que
yo estaba diciendo. Él continuó viendo
su programa de televisión. Yo sabía que
su sanidad era una causa perdida porque la
fe para sanidad viene por escuchar
la Palabra de Dios, no por ver televisión, leer el periódico o escuchar tu
música favorita.
No me mal
entiendas. No estoy en contra de esas
cosas, pero estas cosas no van a
sanarte. Cuando tú estás enfermo, lo que
quieres es que la sanidad de Dios fluya
en tu cuerpo. ¿Y cómo sucede esto?
Una de las principales
maneras en las que esto sucede es cuando
tú lees tu Biblia y absorbes todo
acerca de Jesús. Antes de que te des
cuenta, Su sanidad divina fluye en tu
cuerpo, echando fuera todo síntoma de dolor, enfermedad y mal estar. Aún tu desánimo
se desvanece sin esfuerzo
alguno. Te hallas a ti mismo animado y fresco, tus tinieblas le
están dando paso a la luz. Verás, no
hay manera de que tú estés alimentándote de Jesús al leer Su Palabra, y
permanezcas igual. Él dijo: “Las palabras que Yo os he hablado son
espíritu y son vida”. (Juan
6:63)
Mi amigo, Dios quiere que Jesús sea tu alimento. Nos alimentamos de Cristo al verle revelado
en la Palabra, al verle y meditar en lo que el Espíritu Santo nos revela sobre Su
belleza, Su gloria, y Su obra terminada en el Calvario. Es así como nosotros disfrutamos de
Jesús. Es como tener una buena
comida. Y cuando tú haces eso, Jesús
Mismo promete que, “¡El que Me come, él también vivirá por Mí!”
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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