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domingo, 22 de julio de 2018

No Más Noches Sin Sueño


Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues Él da a Su amado aun mientras duerme.
Salmos 127:2
¿Eres tú una de esas personas con problemas para dormir de noche?  Tal vez esta misma mañana dijiste: “Estuve despierto toda la noche —mi hijo tuvo una fiebre muy alta”, o “Dormí solamente durante dos horas —estuve despierto puliendo mi presentación”, o “No pude dormir para nada —estaba preocupado por los recibos que se están acumulando”.
Dios “da a Su amado aun mientras duerme”.  ¿Quién es Su amado?  ¡Tú y yo!  Ya que estamos en Cristo, nosotros somos Su amado. (Efesios 1:6; 2 Tesalonicenses 2:13)
Dios dice: “Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor…”  En otras palabras, no tiene caso preocuparse y perder el sueño, porque la verdad es: “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia”. (Salmos 127:1)
Así que, permite que Dios sea quien edifica tu carrera y quien guarda tu salud, tu matrimonio y a tus hijos.  No te preocupes, ni te quedes sin dormir hasta tarde como si tú fueras la fuente del crecimiento financiero, o quien tiene el poder de hacer que las cosas sucedan para arreglar las situaciones.  No, Dios es el único, y Él te dice: “Mi amado hijo, echa esa carga sobre Mí y ve a dormir.”  Y mientras estás durmiendo, Él está trabajando en tu situación.  “Él, no se adormecerá ni se dormirá”.  (Salmos 121:3-4)  ¡Él trabajará el turno de noche por ti mientras tú duermes!
Siendo nosotros hacedores y ejecutores, nos resulta difícil soltar algo y permitir que Dios se haga cargo.  Pero cuando realmente echamos nuestras preocupaciones, ansiedades y temores, de una vez por todas en Sus manos, entonces vemos como Él cuida de nosotros con afecto y especial atención. (1 Pedro 5:7)  Vamos a verle entonces haciéndose cargo de nuestros problemas y haciendo que todas las cosas nos ayuden para bien. (Romanos 8:28)
Amado, confía en el amor de tu Padre por ti.  Echa tus ansiedades sobre Él y ya no tengas más noches sin sueño.
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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