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martes, 31 de julio de 2018

Jesús Sobrepagó Nuestra Deuda


Pero El, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios.
Hebreos 10:12
¿Sabías que una vez nosotros tuvimos una gran deuda ante Dios?  No, no era una deuda de dinero, era una deuda por pecado.  Le debíamos a Dios una deuda por pecado, la cual nunca podríamos haber pagado.  Pero Dios nos amó de tal manera, que vino con un plan para pagar esa deuda —Él dio a Su Hijo para que muriera en la cruz por nuestros pecados.  Jesús no tenía pecado.  Así que, cuando Él fue a la cruz para llevar el castigo por nuestros pecados, Él pagó por nosotros la deuda que Él no debía.
Mi amigo, la verdad es que nuestra deuda por pecado ha sido más que pagada por completo.  De hecho, ¡Jesús la sobrepagó!  El sacrificio de Jesús fue un sobrepago por esa deuda, ya que no era solamente un buen hombre, venerado por Sus cualidades santas y Su buen carácter, el que murió por nosotros.  ¡Era el Hijo del Dios Viviente, el Creador del Universo, el Hombre Perfecto, el que murió por nosotros!
Ya que Jesús es Dios, Su sacrificio es mayor que los sacrificios de todos los hombres buenos —del pasado, presente y futuro— juntos.  Su sacrificio cuenta para todas las personas que han vivido en el pasado, todas los que vivimos actualmente y todas los que vivirán en el futuro.  Y Su sacrificio único, que dura para siempre, quitó todos nuestros pecados.
El sacrificio de Jesús fue también un sobrepago, porque Su sangre es de mucho más valor para Dios que la sangre de los toros y las cabras que se usaban en el pasado para expiar los pecados de los israelitas.  Su sangre es la sangre de Dios Mismo, no es sangre de animales.  Ya que Su sangre es eterna, Su sangre nos limpia para siempre, ¡así que tenemos perdón eterno!
Mi amigo, la próxima vez que recuerdes una mala acción, recuerda que Jesús, tu sacrificio por pecado, no solo pagó tu pecado al 100 por ciento, sino que Su sacrificio fue también un sobrepago.  Por lo tanto, tú puedes descansar verdadera y completamente en la presencia de Dios, sabiendo que Él está completamente satisfecho y completamente descansado, respecto a ti.  Él no va a encontrar algún pecado que tú hayas cometido, que la sangre de Jesús no haya cubierto.
Amado, ¡Dios puede darte Su bendición actuando en justicia, y tú puedes esperar recibirla, porque Jesús sobrepagó tu deuda!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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