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sábado, 28 de julio de 2018

No Vivas Consciente Del Polvo


Y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar.
Lucas 13:11
Imagina estar encorvado durante 18 años.  Todo lo que has visto es el polvo del suelo.  Esa era la condición de la mujer en Lucas 13.  El polvo era todo lo que llenaba sus ojos, todo el tiempo, a donde quiera que fuera, así que se convirtió en una persona consciente del polvo.  Gracias a Dios, ella finalmente vio los hermosos pies de Jesús, quien le dio las buenas nuevas y la levantó.
Ahora, el polvo es el alimento del diablo.  La Biblia nos dice que Dios maldijo al diablo a comer polvo todos los días de su vida. (Génesis 3:14)  El polvo representa la muerte. (Génesis 3:19)  El diablo quiere que tú seas como él —que caigas sobre tu vientre, te arrastres y comas polvo.  Comer polvo es alimentarse de tus limitaciones y carencias, hasta que sientas constantemente que hay mucho en tu vida que necesitas limpiar.  Puede ser que físicamente tú no estés encorvado, pero como la mujer, te volviste consciente del polvo y tu vida diaria es una lucha.
Tener la consciencia del polvo, también afecta la manera en que ves a los demás.  Ves las faltas de los demás, todo el tiempo.  Señalas sus limitaciones y hurgas sus faltas pasadas.  Cuando eres consciente del polvo, encuentras que te robaron la paz y el gozo en tus relaciones.
Y si tú, al igual que la mujer, permaneces mirando al polvo, en poco tiempo, esa posición interna de consciente al polvo, se arraiga tanto en ti, que te conviertes en alimento para el diablo, porque polvo es de lo que él se alimenta.  La Palabra de Dios lo describe a él como un león rugiente, buscando a quién devorar. (1 Pedro 5:8)
Si tú no quieres ser devorado por él, ¡entonces levanta tus ojos por sobre el polvo!  En vez de estar viendo tus faltas, mira a Cristo, quien te ha liberado de toda derrota.  Mírate a ti mismo de la manera en que Dios te mira —justo y santo en Cristo. (Colosenses 3:12; 2 Corintios 5:21)  Tú no eres polvo porque tú no estás en la carne, ni eres de la carne —tú estás en el Espíritu y eres del Espíritu.  (Romanos 8:9)
Mi amigo, mientras más comprendas quién eres en Cristo, más vas a enderezarte para caminar como Dios te ve —¡Una nueva creación, con Su autoridad, poder y rompimiento Espiritual!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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