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lunes, 25 de mayo de 2020

¡Déjalo Ir!

Inspiración de Gracia
… no te enviaré ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios; porque Yo, el Señor, Soy tu sanador.  (Éxodo 15:26)
Después de cruzar el Mar Rojo, los hijos de Israel llegaron a un lugar llamado Mara.  Las aguas allí eran amargas.  Es por eso que el lugar se llamaba Mara, que significa “amargo.”  Los israelitas no podían beber esa agua, así que el Señor hizo que las aguas amargas se convirtieran en aguas dulces. (Ver Éxodo 15:23–25)  Luego, Él trajo a colación el tema de las enfermedades de Egipto y, por primera vez, Él se reveló a Su pueblo como “Yo, el Señor, Soy tu sanador.”
¿Por qué el Señor mencionó repentinamente las enfermedades del mundo (Egipto representa al mundo en la Biblia), en un lugar llamado “amargo”?  ¿Qué tienen que ver las enfermedades con las aguas amargas?  ¡Yo creo que es porque Él quiere que Su pueblo sepa que una de las principales causas de enfermedades en sus cuerpos es albergar amargura y resentimiento!
Hace algunos años, una señora compartió conmigo acerca de su hermana que había muerto de cáncer a una edad temprana.  Ella dijo: “Pastor Prince, varios años antes de fallecer, ella pasó por un divorcio muy amargo.  Estaba muy amargada con su ex marido.”  Luego, ella me preguntó: “¿Existe alguna relación entre su amargura y el cáncer?”
He estudiado el tema de sanidades durante muchos años.  He leído muchos libros.  He escuchado muchos sermones y me he sentado bajo la cobertura de muchos ministerios de sanidades.  Y todos dicen lo mismo: Si tú tienes falta de perdón en tu corazón durante el tiempo suficiente, esa falta de perdón algunas veces puede traducirse en una enfermedad en tu cuerpo.
Entonces, si has estado amargado por algo o por alguien, ¡es hora de dejarlo ir!  Tu salud, tu alegría y tu vida son más importantes.  Si tú ya estás enfermo y sabes que la amargura tiene algo que ver con eso, ¡déjala ir!  Mira a Jesús como tu sanador.  Él está de pie en tu lugar de amargura hoy y te está diciendo: “Hijo Mío, Hija Mía, Yo puedo hacer que tus aguas amargas se conviertan en aguas dulces.  Yo Soy el Señor que te sana.”
¡Amigo, déjalo ir y permite que Jesús sane no solo tus enfermedades, sino tu corazón roto también!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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