recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

sábado, 16 de mayo de 2020

Azotado Por Tu Plenitud


Inspiración de Gracia
… y por Sus heridas hemos sido sanados.  (Isaías 53:5)
Bajo la ley romana en los tiempos bíblicos, un criminal podía ser azotado por un delito menor y luego ser puesto en libertad, o ser crucificado inmediatamente si era culpable de un delito mayor.  Pero Jesús fue azotado y crucificado.  Poncio Pilato esperaba que después de haber azotado a Jesús y de presentar Su cuerpo ensangrentado a la gente, ellos estuvieran satisfechos y dispuestos a dejarlo ir.  Pero la gente no lo estaba y en cambio, exigió Su crucifixión.
No pienses ni por un momento que la gente tenía el poder de infligir tal sufrimiento a Jesús.  Todo era parte del plan de Dios y la flagelación o azote, era necesaria porque solo por Sus llagas fuimos sanados.
El látigo romano usado para la flagelación estaba hecho de correas de cuero incrustadas con ganchos de vidrio, hueso y metal.  Con solo un golpe, el instrumento debe haberse envuelto alrededor del cuerpo de Jesús, causando que el vidrio, los huesos y los ganchos cortaran Su carne profundamente.  Y cuando el látigo fue jalado de vuelta, los ganchos deben haber despojado Su carne, dejando al descubierto Sus músculos y huesos.  De hecho, el salmista dice: “Me horadaron las manos y los pies. Puedo contar todos Mis huesos. Ellos Me miran, Me observan” (Salmos 22:16–17), y “Sobre Mis espaldas araron los aradores; alargaron sus surcos.” (Salmos 129:3)
Aunque 39 era el número máximo de veces que uno podía ser azotado de acuerdo con la ley judía, yo creo que Jesús fue azotado más veces que eso porque los romanos, que probablemente no considerarían la ley judía, fueron quienes llevaron a cabo la flagelación.
Cualquiera que fuera el caso, de igual manera Su espalda se habría reducido a una masa de carne ensangrentada y mutilada.  Ese día, la sangre de Jesús fluyó libremente de Su cuerpo para tu liberación de todo tipo de enfermedad y aflicción física.  Dios permitió que cada uno de esos azotes cayera sobre el cuerpo de Su Hijo para que tu cuerpo no tuviera que ser azotado por las enfermedades.
Amigo, si tú estás enfermo o sufres de alguna condición física, debes saber que Jesús tomó la flagelación como el pago completo para que tú fueras libre de esa enfermedad y condición física.  Él llevó esos azotes para que, hoy, no haya enfermedad y no tengas que soportar ningún dolor.  ¡Por Sus llagas tú has sido sanado!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

No hay comentarios:

Publicar un comentario