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jueves, 7 de mayo de 2020

La Sangre De Jesús Detiene El Mal En Su Camino


Inspiración de Gracia
Y lo degollará [su ofrenda para holocausto] al lado norte del altar, delante del Señor; y los sacerdotes hijos de Aarón rociarán la sangre sobre el altar, por todos lados.  (Levítico 1:11)
En la Biblia, el norte de Israel era una fuente de problemas para la nación.  Fue del norte de Israel de donde se soltó la destrucción. (Ver Jeremías 1:14-15)  Los enemigos de Israel vinieron del norte. (Ver Jeremías 6:1, 22–23)  Por lo tanto, en la Biblia, el norte es una representación del mal.
Curiosamente, el animal de la ofrenda para holocausto era asesinado “al lado norte del altar.”  La ofrenda para holocausto habla de Jesús, quien “se dio a Sí Mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios.” (Efesios 5:2)  El Calvario, donde Jesús fue crucificado y la Tumba del Jardín, donde está Su tumba vacía, están ubicados al norte de Jerusalén.  En otras palabras, Jesús murió en el norte, de donde viene el mal contra Su pueblo.
Esto significa que la muerte de Jesús detiene el mal en nuestras vidas cuando nosotros, que somos sacerdotes del Dios Altísimo (ver Apocalipsis 1:6), declaramos Su sangre sobre nuestras vidas, de la misma manera que los hijos de Aarón rociaban la sangre del holocausto alrededor del altar.
Este fue el caso de un miembro de la iglesia que estaba sirviendo en el ejército.  Él testificó acerca de cómo Dios preservó su vida cuando una tormenta eléctrica golpeó mientras él realizaba tareas de vigilancia en una torre en su campamento militar.  La lluvia lo mantenía varado en la torre que tenía una ventana con marco de metal.
De repente, un brillante destello púrpura se encendió justo a su lado, aturdiéndolo por completo y casi lo hace perder el balance.  Un rayo había golpeado el pararrayos en el techo y la electricidad fue conducida a través del marco de metal de la ventana causando el destello púrpura.  ¡Pero la sangre de Jesús sobre él lo protegió del daño!
¡Alabado sea Jesús, cuya sangre detiene el mal en su camino!  No importa lo que el diablo tras de ti.  ¡Mientras estés cubierto con la sangre de Jesús, ningún mal puede dañarte!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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