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domingo, 24 de mayo de 2020

Jesús Llevó La Corona De Espinas Por Ti


Inspiración de Gracia
Y los soldados tejieron una corona de espinas, la pusieron sobre Su cabeza…  (Juan 19:2)
Si el trabajo duro es la fórmula para la prosperidad, entonces todos los que trabajan duramente deberían ser prósperos.  Pero este ciertamente no es el caso.  ¡Muchas personas que trabajan muy duro aún están en escasez!
Yo no estoy abogando por la pereza.  Lo que estoy diciendo es que trabajar duro, con el sudor de tu frente, no es la manera en que la provisión de Dios viene.  De hecho, si tú tienes que trabajar horas extras todo el tiempo y estás estresado, tú probablemente estás operando bajo la maldición.
¿Qué maldición es esa?  Es esta maldición: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan.” (Génesis 3:19).  Y se refiere al estrés, la lucha y las ansiedades que conlleva trabajar duro y aun así, producir poco.  Ahora, el trabajo en sí no es una maldición ya que Dios le dio a Adán trabajo antes de la caída —Adán debía cuidar el jardín del Edén.  Fue solo después de que él pecó que la tierra fue maldecida y produjo espinas, y el hombre tuvo que trabajar duro para comer de ella. (Ver Génesis 3:17-18)
Pero alabado sea Dios, Jesús usó las espinas en Su cabeza para mostrarte que Él llevó esta maldición por ti y te redimió de ella.   Él llevó la corona de espinas para que tú puedas trabajar sin estrés y aun así, alcanzar los resultados.  Tú no tiene que estar preocupado y estresado día y noche como la gente del mundo solo para salir adelante en la vida.  Tu Padre celestial puede llevarte allí sin las preocupaciones y el estrés. (Ver Mateo 6:31–33)
Amado, cada maldición que se suponía que caería sobre tu cabeza cayó sobre la cabeza de Jesús, tipificada por la corona de espinas.   Él llevó la corona de espinas por ti, para que tú puedas tener paz mental.  ¡Él llevó la corona de espinas por ti y tomó tu maldición, para que tú puedas usar la corona de gloria y tomar Su justicia, y todos los beneficios de esa justicia!
Hoy, no trabajes ni luches como la gente del mundo.  En cambio, ¡espera ver las bendiciones de Dios venir a tu vida sin sangre, sudor y lágrimas, porque Jesús llevó la corona de espinas por ti!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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