Inspiración de Gracia
Y los soldados tejieron una corona de espinas, la pusieron
sobre Su cabeza… (Juan 19:2)
Si el trabajo duro es la fórmula para la
prosperidad, entonces todos los que trabajan duramente deberían ser prósperos. Pero este ciertamente no es el caso. ¡Muchas personas que trabajan muy duro aún
están en escasez!
Yo no estoy abogando
por la pereza. Lo que estoy diciendo es
que trabajar duro, con el sudor de tu frente, no es la manera en que la provisión de Dios viene. De hecho, si tú tienes que trabajar horas
extras todo el tiempo y estás estresado, tú probablemente estás operando bajo
la maldición.
¿Qué maldición es esa?
Es esta maldición: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan.” (Génesis 3:19). Y se refiere al estrés, la lucha y las
ansiedades que conlleva trabajar duro y aun así, producir poco. Ahora, el trabajo en sí no es una maldición ya
que Dios le dio a Adán trabajo antes de la caída —Adán debía cuidar el jardín
del Edén. Fue solo después de que él
pecó que la tierra fue maldecida y produjo espinas, y el hombre tuvo que
trabajar duro para comer de ella. (Ver Génesis 3:17-18)
Pero alabado sea Dios, Jesús usó las espinas
en Su cabeza para mostrarte que Él llevó esta maldición por ti y te redimió de
ella. Él llevó la corona de espinas para que tú puedas
trabajar sin estrés y aun así, alcanzar los resultados. Tú no tiene que estar preocupado y estresado
día y noche como la gente del mundo solo para salir adelante en la vida. Tu Padre celestial puede llevarte allí sin las
preocupaciones y el estrés. (Ver Mateo 6:31–33)
Amado, cada maldición que se suponía que caería
sobre tu cabeza cayó sobre la cabeza de Jesús, tipificada por la corona de
espinas. Él
llevó la corona de espinas por ti, para que tú puedas tener paz mental. ¡Él llevó la corona de espinas por ti y tomó
tu maldición, para que tú puedas usar la corona de gloria y tomar Su justicia,
y todos los beneficios de esa justicia!
Hoy, no trabajes ni luches
como la gente del mundo. En cambio, ¡espera ver las bendiciones de
Dios venir a tu vida sin sangre, sudor y lágrimas, porque Jesús llevó la corona
de espinas por ti!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
No hay comentarios:
Publicar un comentario