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domingo, 10 de mayo de 2020

No Seas Consciente Del Polvo


Inspiración de Gracia
Y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar.  (Lucas 13:11)
Imagina estar inclinado durante 18 años.  Todo lo que verías sería el polvo del suelo.  Esa era la situación de la mujer en Lucas 13.  El polvo era todo lo que sus ojos miraban, todo el tiempo, donde quiera que ella fuera, hasta que se volvió consciente del polvo.  Gracias a Dios, ella finalmente vio los hermosos pies de Jesús, quien le trajo buenas noticias y la levantó.
Ahora, el polvo es la comida del diablo.  La Biblia dice que Dios maldijo al diablo para que comiera polvo todos los días de su vida. (Ver Génesis 3:14)  El polvo representa la muerte. (Ver Génesis 3:19)  El diablo quiere que tú seas como él —que caigas sobre tu vientre, te arrastres y comas polvo.  Comer polvo es alimentarse de tus defectos y carencias, hasta que constantemente sientas que hay tantas cosas en tu vida que necesitas limpiar.  Puede ser que tú no estés físicamente inclinado, pero como la mujer, te vuelves consciente del polvo y la vida todos los días es una lucha.
Tener conciencia del polvo también afecta la forma en que ves a los demás.  Miras las faltas de las personas todo el tiempo.  Señalas sus defectos y sacas a relucir sus errores pasados.  Cuando eres consciente del polvo, encuentras tus relaciones despojadas de paz y de alegría.
Y si tú, como la mujer, sigues mirando el polvo, en poco tiempo, esa posición interna de conciencia del polvo estará tan arraigada que te convertirás en la comida del diablo porque lo que él come es el polvo.  La Palabra de Dios lo describe como un león rugiente, buscando a quién devorar. (Ver 1 Pedro 5:8)
Si tú no quieres ser devorado por él, ¡entonces levanta tus ojos por encima del polvo!  En lugar de mirar tus faltas, mira a Cristo, quien te liberó de cada una de tus derrotas.  Mírate a ti mismo como Dios te ve —justo y santo en Cristo. (Ver Colosenses 3:12, 2 Corintios 5:21)  Tú no eres polvo porque no estás en la carne, ni eres de la carne —tú estás en el Espíritu y eres del Espíritu. (Ver Romanos 8:9)
Amigo, cuanto más comprendas quién eres tú en Cristo, más te enderezarás y caminarás de la manera en que Dios te ve —¡una nueva creación con Su autoridad, Su poder y Su Espíritu vencedor!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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