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lunes, 18 de mayo de 2020

Agradecer Es Tu Camino A Mayores Bendiciones


Inspiración de Gracia
Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, se volvió glorificando a Dios en alta voz.  (Lucas 17:15)
Las personas que tienen un corazón agradecido siempre están alabando a Dios.  A menudo los escuchas decir: “¡Dios es bueno!”  Ellos saben que Dios es la razón de cada bendición que ellos reciben.
Pero hay quienes buscan a Dios por las bendiciones y cuando son bendecidos, ellos simplemente siguen su camino alegres.  Sus corazones están cautivados por las bendiciones en lugar de por Aquel que los ha bendecido.
Jesús tuvo un encuentro con ambos tipos de personas un día cuando un entró en un pueblo.  Diez leprosos le gritaron: “¡Jesús, Maestro! ¡Ten misericordia de nosotros!” (Lucas 17:13)  Ahora, cuando tú clamas a Jesús por misericordia, Él siempre te escucha.  En otra ocasión, cuando dos ciegos le gritaron: “¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros!”  Él se tomó el tiempo para darles sus milagros. (Ver Mateo 9:27–30)
Entonces, estos diez leprosos clamaron a Él por misericordia.  Él se detuvo, los vio y les dijo: “Id y mostraos a los sacerdotes.”  Y “sucedió que mientras iban, quedaron limpios.” (Lucas 17:14)  Pero solo uno de ellos regresó y cayó a los pies de Jesús, dándole gracias.  Fíjate en las muy tristes palabras de Jesús que siguieron: “¿No fueron diez los que quedaron limpios? Y los otros nueve, ¿dónde están?” (Lucas 17:17)
Los otros nueve obviamente sabían que era Jesús quien los había limpiado.  Sin embargo, ellos no se molestaron en regresar y agradecerle.  Amigo, que se diga de ti que cuando las bendiciones llegan, tú recuerdas darle a Dios alabanza, gloria y honor, y reconoces que Él es la fuente de todas las bendiciones en tu vida.
¿Sabías que cuando el hombre regresó para agradecer a Jesús, él recibió la bendición adicional de volverse perfecto?  Jesús le dijo: “Levántate y vete; tu fe te ha sanado.” (Lucas 17:19)  Él no solo fue limpiado de la lepra, ¡Él recuperó los dedos de sus manos y pies que había perdido!
Amigo, cuando tu corazón está agradecido con Dios, ¡tú te posicionas a ti mismo para recibir bendiciones aún mayores!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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