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miércoles, 6 de mayo de 2020

La Mente De Cristo No Envejece


Inspiración de Gracia
… Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.  (1 Corintios 2:16)
“Ah, mi memoria no es tan buena como solía ser.  Debo estar envejeciendo.”  ¿Has escuchado esto antes?  ¡Tal vez incluso tú mismo lo has dicho un par de veces!  Pero, ¿quién dice que a medida que envejeces, tú debes ir olvidando las cosas?
Cuando el fallecido Reverendo Kenneth E. Hagin estaba en sus ochentas, él todavía era saludable y fuerte.  Este sorprendente hombre de Dios podía correr alrededor de la plataforma mientras predicaba.  Y aquellos que lo han escuchado predicar te dirán que él tenía una memoria tan asombrosa que le permitía recordar detalles tan específicos como el día de la semana en el que cayó una fecha específica e incluso el momento.  ¡Aún a esa edad, la memoria de este hombre era excelente!
Una vez, compartió cómo cuando tenía más de cincuenta años él comenzó a olvidar las cosas.  Él había leído una revista médica que decía que cada día millones de células de nuestro cerebro mueren.  No se dio cuenta, pero esas palabras entraron en su espíritu y él comenzó a olvidar las cosas.
Así que le preguntó al Señor: “¿Qué me está pasando?”  Y el Señor le dijo: “Tú leíste ese artículo y lo creíste.”  Él se arrepintió y le preguntó al Señor qué debía hacer.  El Señor le dijo: “Confiesa Mi palabra.  Mi Palabra dice que tú tienes la mente de Cristo y la mente de Cristo nunca olvida.”  Él comenzó a confesar que tenía la mente de Cristo y fue así como su memoria permaneció aguda por el resto de su vida.
Amigo, la Palabra de Dios dice que tú tienes la mente de Cristo.  ¡La mente de Cristo no es vieja, ni lenta, ni olvidadiza!  No importa la edad que tengas.  Tú no tienes que volverte olvidadizo.  No creas y confieses lo que la ciencia médica o tus amigos dicen.  Cree y confiesa la Palabra de Dios que da vida.
El poder de la vida y la muerte está en tu lengua. (Ver Proverbios 18:21)  Así que usa tu lengua para vida.  No te quedes sentado diciendo: “Me estoy haciendo viejo y olvidadizo.”  Di: “Yo tengo la mente de Cristo.  ¡Mi mente es aguda y rápida porque es la mente de Cristo!  ¡Créelo, confiésalo y mira cómo tu manera de pensar y tu memoria viven conforme a esto!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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