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lunes, 27 de julio de 2020

El Poder Del Cuerpo Y La Sangre


Inspiración de Gracia
Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga.  (1 Corintios 11:26)
Hace algún tiempo, una miembro de nuestra iglesia desarrolló una trombosis venosa profunda (TVP) durante un vuelo a Israel.  Mientras estaba desembarcando del avión, ella colapsó.  Fue llevada de urgencia al hospital.  Pero en el camino, su corazón dejó de latir.  Aparentemente, el coágulo de sangre en su pierna se había ido a su corazón, haciendo que dejara de latir.  Los médicos lograron revivir su corazón después de algunos intentos, pero ella permaneció inconsciente.
Cuando yo llegué al hospital con algunos líderes de la iglesia unos días después, me dijeron que su condición había empeorado.  Ella estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).  Los líderes y yo decidimos tomar la Santa Cena en la UCI, proclamando que Jesús había llevado todas sus enfermedades, incluida la TVP, y que Su sangre la había redimido de todas las maldiciones, incluidas las enfermedades y la muerte.
¡Al día siguiente, ella recuperó la conciencia!  Su recuperación fue tan sobrenatural que después de una semana de observación, ella fue dada de alta y pronto estuvo de gira por Israel con el siguiente grupo de turistas que llegó allá.
En otro caso, la madre anciana de un miembro de la iglesia se sometió a una serie de operaciones y su condición se deterioró hasta el punto en que el médico le dijo a la familia que se preparara para lo peor.  La familia tomó la Santa Cena en la UCI.  Ellos incluso pusieron una pequeña miga en la boca de su madre y vertieron un poquitito de jugo de uva en su boca.  Al tercer día, algo milagroso sucedió —¡su madre recuperó la conciencia, se recuperó y fue dada de alta poco tiempo después!
Verás, cada vez que comes el pan y tomas la copa, tú proclamas la muerte del Señor por ti.  Tú disciernes que el cuerpo del Señor fue destruido para que tu cuerpo pueda estar completo.  Disciernes que Su cuerpo sano cargó tus enfermedades y tus dolores, para que tu cuerpo pueda estar bien.  Así que, cuando comes el pan, tú dices que por Sus llagas tú estás sano.  Y cuando bebes la copa, tú estás bebiendo la vida de Jesús, la cual está en Su sangre.
Amado, la vida de Jesús está libre de dolor, libre de enfermedades y libre de pobreza.  Esta atrae el favor y las bendiciones de Dios.  ¡Y debido a que tú tienes esa vida en ti, ésta hace que las cosas buenas te sucedan!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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