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sábado, 4 de julio de 2020

Recuerda La Obediencia De Cristo En La Cruz


Inspiración de Gracia
Destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo.  (2 Corintios 10:5)
¿Alguna vez te has sentido condenado por los malos pensamientos que has tenido?  Puede ser que estés en medio de una reunión de oración cuando de repente un pensamiento sucio entra en tu mente.  En realidad, es el diablo quien pone esos pensamientos en tu mente.  En seguida, él da un paso atrás, te mira y te golpea en la cabeza, diciendo: “¿Cómo puedes llamarte a ti mismo cristiano si tienes ese tipo de pensamientos?”
Yo solía ​​estar esclavizado por los malos pensamientos que tenía porque sentía que tenía que confesarlos todos y buscar el perdón de Dios.  Pero eso no es lo que la Palabra de Dios nos exhorta a hacer.  Verás, Dios quiere que pongamos “todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo.”  Ahora, ¿en qué obediencia debemos enfocarnos?  ¡En la obediencia de Cristo, no en nuestra propia obediencia!
Pero, ¿qué es “la obediencia de Cristo”?  Es Su obediencia en la cruz, en donde “por la obediencia de Uno los muchos serán constituidos justos.” (Romanos 5:19)  Jesús derramó Su sangre por nosotros en la cruz.  Esto significa que cuando nuestros pensamientos nos condenan, debemos enfocar nuestros pensamientos en la obediencia de Jesús en la cruz.
Amigo, el diablo solo puede incursionar en nuestras mentes cuando nos hace centrarnos en nuestra obediencia en lugar de la obediencia de Cristo.  Su estrategia es señalarnos nuestra obediencia o la falta de ella para que determinemos nuestra posición ante Dios.  Pero así como nuestra posición como pecadores no se basa en lo que hacemos, sino en lo que hizo el primer Adán, de la misma manera, hoy nosotros somos justos para siempre, no por lo que hacemos, sino por lo que Cristo, el segundo Adán, hizo en la cruz.
Así que, la próxima vez que tus pensamientos parezcan condenarte, di: “Yo soy justo, ya sea que tenga buenos o malos pensamientos.  Mi justicia no tiene nada que ver con mi obediencia.  La obediencia de Jesús en la cruz me hizo justo.”  Luego, sigue adelante y ora, sabiendo que tienes acceso a Dios y a Su favor, y que Él escucha la oración del justo. (Ver Proverbios 15:29)
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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