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martes, 24 de noviembre de 2020

Benditas Son Tus Canastas, Tus Tazones De Amasar Y Tus Redes

 Inspiración de Gracia

 “Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.”  (Deuteronomio 28:5)

En los tiempos bíblicos, los segadores cargaban canastas en sus espaldas para recoger la cosecha de los campos.  Ellos tenían que asegurarse de que sus canastas fueran fuertes y resistentes para que lo que recogieran no se cayera.  Las mujeres de esa época usaban tazones para amasar la masa para hacer el pan.  Si ellas usaran tazones de mala calidad que se rompieran fácilmente, no podrían hacer el pan.

De modo que las canastas y los tazones de amasar en aquellos días representaban el medio por el cual uno obtenía sus bendiciones tangibles.  Amado, tu Padre que está en los cielos no quiere que te preocupes por los medios a través de los que recibes tus bendiciones.  Debido al sacrificio de Cristo, Él te dice: “Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.”

Esto significa que si tú eres un taxista, tu taxi no se averiará durante tus rondas porque Dios te dice: “Bendito será tu taxi.”  Si eres un hombre de negocios, tu inversión de capital no fallará porque Dios te dice: “Bendita será tu inversión de capital.”  Y si eres un vendedor, tus productos serán vistos con buenos ojos porque Dios te dice: “Benditos serán tus productos.”

Estas bendiciones son tuyas porque Jesús pagó por ellas con Su muerte y Él las hizo cumplir con Su resurrección.

En una ocasión, Jesús le dijo a Pedro que echaran sus redes al agua.  Cuando Pedro echó una red, encerraron una gran cantidad de peces, de modo que sus redes “se rompían.”  Para tomar la abundante pesca, los otros discípulos rápidamente llenaron sus barcas con los peces, no fuera que la red cediera por completo. (Ver Lucas 5:4–7)

Después de que Jesús resucitó de entre los muertos, ocurrió un incidente similar.  Una vez más, Jesús pidió a Sus discípulos que echaran la red.  Ellos pescaron una gran cantidad de peces.  Pero “aunque había tantos, la red no se rompió.” (Juan 21:11)  Observa que en el primer caso, la red se rompía.  En el segundo caso, ¡no se rompió!  ¡Algo sobrenatural les sucedió a sus redes después de que Jesús resucitó de entre los muertos!

Amado, debido a la muerte y resurrección de Jesucristo, tú no solo eres bendecido (ver Efesios 1:3), sino que también lo son tus redes, tus canastas y tus tazones de amasar —los medios por los cuales tú obtienes tus bendiciones, también están bendecidos!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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