recibe pequeños mensajes de gracia todos los días

jueves, 5 de noviembre de 2020

La Gracia Imparable De Dios

 Inspiración de Gracia


Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia.  (Romanos 5:20)

Cuando un alto ejecutivo es acusado de corrupción o un ministro de la iglesia es sorprendido en el acto mismo del adulterio, probablemente escuches la frase “cayó de la gracia” cuando se hace mención de ellos.  Hemos llegado a creer que cuando alguien cae en pecado, esta persona cae de la gracia.

Pero Dios quiere que nosotros sepamos que cuando alguien cae en pecado, esta persona no cae de la gracia —¡ella en realidad cae en la gracia!  Gracias a Dios, Su gracia está ahí para poner a la persona nuevamente de pie.

La Biblia habla de prostitutas y recaudadores de impuestos corruptos —pecadores— que cayeron en la gracia de Dios y volvieron a ponerse de pie.  Si el pecado en sus vidas hubiera podido detener la gracia de Dios, ellos nunca habrían podido recibir Su gracia de sanidad, ayuda y poder para vivir correctamente.

Ahora, es importante que tú comprendas que Dios odia el pecado porque este destruye nuestras vidas, nuestras relaciones y nuestros cuerpos.  ¡El pecado es malo!  Pero el pecado no es vencido porque hablemos de él y confiemos en nuestra fuerza de voluntad para vencerlo.  Se necesita de la gracia de Dios para destruir el pecado.  De hecho, es cuando tú estás bajo Su gracia que el pecado no tiene dominio sobre ti. (Ver Romanos 6:14)  Es cuando tú ves Su gracia al dar a Su Hijo para borrar tus pecados y hacerte eternamente justo, que el pecado no te dominará.

El diablo te dirá: “¿Tú piensas que aún puedes esperar recibir las bendiciones de Dios después de lo que hiciste esta mañana?”  Es entonces es cuando tú debes recordarte a ti mismo que Cristo, solo Cristo, es tu perfección y justificación.  Todos hemos cometido faltas.  Ninguno de nosotros merece las bendiciones de Dios.  Es por eso que pedimos para nosotros la gracia de Dios, que es su favor inmerecido, que no hemos ganado y del cual no somos dignos.

El pecado no detiene ni puede detener la gracia de Dios.  Si Su gracia pudiera ser cortada por el pecado, Jesús nunca habría venido a salvarnos porque todos éramos terribles pecadores.  Pero alabado sea Dios, “donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia.”

Amigo, la gracia de Dios es más grande, más profunda, más amplia y más poderosa que todos los pecados del mundo juntos.  ¡Recibe Su gracia ahora mismo para caminar en completa victoria sobre esa debilidad o hábito maligno en tu vida!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

No hay comentarios:

Publicar un comentario