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miércoles, 4 de noviembre de 2020

La Sangre De Jesús Está Sobre El Propiciatorio

 Inspiración de Gracia


Tomará además de la sangre del novillo y la rociará con su dedo en el lado oriental del propiciatorio; también delante del propiciatorio rociará con su dedo siete veces de la sangre.  (Levítico 16:14)

Si ha visto la película “Los Cazadores Del Arca Perdida,” recordarás que cuando la tapa del arca fue levantada, unas criaturas de aspecto extraño salieron flotando y destruyeron a las personas alrededor.  Por interesante que fuera, esto es bíblicamente inexacto —el arca de la Biblia no contenía criaturas de aspecto extraño en ella.  ¿Qué cosas había dentro entonces?

Había tres elementos en el arca: la urna de oro con maná, la vara de Aarón y dos tablas de piedra en las que Dios había escrito los Diez Mandamientos. (Ver Hebreos 9:4)  Estos elementos son en realidad símbolos de la rebelión del hombre.  La urna de oro del maná representa el rechazo del hombre a la provisión de Dios.  La vara de Aarón representa el rechazo del hombre al liderazgo de Dios y las dos tablas de piedra de los mandamientos de Dios representan el rechazo del hombre a Su norma de santidad.

Pero debido a que Dios se deleita en la misericordia, Él tenía estos artículos guardados en el arca y cubiertos por el propiciatorio, el cual tenía dos querubines en él. (Ver Hebreos 9:5)  Y una vez al año, el sumo sacerdote entraba en el lugar santísimo donde estaba el arca y rociaba la sangre del sacrificio animal sobre el propiciatorio.  Esto significa que los ojos de Dios, representados por los ojos de los querubines, no veían los símbolos de la rebelión del hombre.  Mientras la sangre estaba sobre el propiciatorio, Él solo veía la sangre y aceptaba a las personas.

Hoy, Jesús es nuestro Sumo Sacerdote y Él Mismo ha rociado Su propia sangre sobre el verdadero propiciatorio en el cielo —el trono de la gracia. (Ver Hebreos 9:23-26)  Curiosamente, la cantidad de veces que el sumo sacerdote del Antiguo Testamento tenía que rociar la sangre sobre el propiciatorio —siete— habla del sacrificio perfecto de Jesús.  Y debido a que Su sacrificio es perfecto y Él es perfecto, ¡nosotros que estamos en Cristo tenemos una posición perfecta delante de Dios para siempre!

Amigo, cuando te presentes hoy delante de Dios, no te preocupes por no alcanzar Su estándar de santidad.  Él no ve tus pecados. (Ver Hebreos 8:12, 10:17)  Él ve la sangre de Su Hijo sobre el propiciatorio.  ¡Tú tienes una posición perfecta delante de Él para siempre!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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