Inspiración de Gracia
Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de
pecado. (Romanos 4:8)
Tú eres bendecido hoy porque todos tus pecados
están perdonados en Cristo. Dios no
cuenta tus pecados en tu contra. En
cambio, Él te considera justo en Cristo. ¡Es por eso que tú eres la persona
bienaventurada a quien el Señor no
inculpa y no inculpará de pecado!
¿Qué le pasa a una
persona así? Veamos la historia de Jacob
para averiguarlo.
La Biblia registra
cómo Jacob había engañado a su padre y le había quitado a su hermano mayor Esaú
la bendición del primogénito. (Ver Génesis 27:1–41) Sin embargo, a pesar de su pecado de engaño,
Dios decidió hablar con Jacob. Y no,
Dios no le dijo a este tramposo: “¡Tú, terrible pecador! ¿Cómo puedes engañar a tu propio padre? ¡Estás maldito!”
No, al engañador
Jacob, Dios le dijo: “Yo soy el Señor, el
Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac.
La tierra en la que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia… He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera
que vayas, y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya
hecho lo que te he prometido.” (Génesis 28:13-15) ¡He aquí una persona a quien Dios no le inculpó
de pecado!
Dios no reprendió a
Jacob en absoluto. En cambio, lo
escuchamos decirle a Jacob: “Yo te la daré
a ti… Yo estoy contigo… Yo te guardaré… Yo
te haré volver… Yo no te dejaré…” Jacob ciertamente no merecía estas
bendiciones. Este es un hombre que caminó
en la verdad de Romanos 4:8 —“¡Bienaventurado
el varón a quien el Señor no inculpa de pecado!” Ahora, yo no te estoy animando a pecar, sino
que quiero que veas el amor y la gracia de Dios hacia nosotros.
Si Jacob fue tan bendecido,
cuánto más tú y yo ahora que estamos bajo el nuevo pacto de la gracia
establecido por la sangre de Jesús. ¡Cuánto
más es nuestra bendición debido a que Jesús nos quitó todos nuestros pecados en
la cruz!
Amado, debido a la
obra terminada de Jesús, Dios no te inculpa de pecado. Lo que Él atribuye sobre ti es justicia aparte de las obras. (Ver
Romanos 4:6) Y debido a que tú eres
justo, ¡prepárate para recibir Sus bendiciones! (Ver Proverbios 10:6)
Viendo a través de los
ojos de la fe,
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