Inspiración de Gracia
“Pero el padre dijo a sus siervos: ‘Pronto; traed la mejor ropa y vestidlo, y poned un anillo en su mano y sandalias en los pies.’” (Lucas 15:22)
Si tú eres un creyente, probablemente estés
familiarizado con la conmovedora historia del hijo pródigo que Jesús compartió.
¿A quién crees que representa el padre
de la historia? Al Padre de Jesús en el
cielo, por supuesto. Jesús nos estaba
dando una imagen de Su Padre, que también es nuestro Padre.
En la historia, se ve
al padre corriendo hacia su hijo, que estaba regresando a casa. (Ver Lucas
15:20) ¿Te has dado cuenta de que en la
Biblia nunca se describe a Dios como alguien que tiene prisa? Él siempre está calmado y sereno. La única vez que Él es presentado como que
tiene prisa es en esta historia. Aunque era
algo inapropiado en la cultura judía, el padre levantó su túnica y corrió. ¿Hacia dónde estaba corriendo? ¿Por qué tenía tanta prisa?
El padre tenía prisa
porque había visto a su hijo, quien aún estaba muy lejos de casa. Él corría hacia su hijo ya que no podía
esperar para abrazarlo y besarlo de nuevo.
El padre tenía prisa
por vestir a su hijo con el mejor manto. Amigo, nuestro Padre nos ha puesto el mejor
manto —el manto de justicia. Al hacerlo,
Él nos ha reinstalado como hijos del Dios Altísimo, una posición que habíamos
perdido cuando Adán cayó.
El padre tenía prisa
por poner un anillo en la mano de su hijo. Como autoridad que es investida al hijo de un
hombre rico con un anillo de sello, nuestro Padre está ansioso por devolver a
nuestras manos la autoridad para invocar Su nombre, a fin de que nosotros podamos
caminar dominando cada día.
El padre tenía prisa
por poner sandalias en los pies de su hijo para asegurarle que él aún era su
hijo —solo los criados andaban con los pies descalzos. Nuestro Padre quiere que nosotros nunca nos
sintamos como jornaleros o marginados. Nosotros siempre somos sus hijos.
¡Amado, si el Padre
parece tener prisa, es sólo porque Él tiene prisa por asegurarte tu posición
como Su precioso hijo!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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