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viernes, 20 de noviembre de 2020

Sin Levadura, Solo La Verdad

 Inspiración de Gracia

 “Ninguna ofrenda de cereal que ofrezcáis al Señor será hecha con levadura, porque no quemaréis ninguna levadura ni ninguna miel como ofrenda encendida para el Señor.”  (Levítico 2:11)

Siendo un joven cristiano, escuché como una ilustración del Salmo 23 sobre unos pastores que a veces rompen las piernas de las ovejas que habitualmente se separan, para enseñarles a no separarse.  Esa enseñanza errónea —“El Señor es mi Pastor, El quebranta mis piernas”— estuvo pegada a mí durante años, causándome un temor innecesario al castigo de Dios cuando sentía que me había separado de Él.

Tales enseñanzas erróneas son a lo que la Palabra de Dios se refiere como “levadura.”  Es por eso que Jesús advirtió a Sus discípulos: “Estad atentos y guardados de la levadura de los fariseos y saduceos.” (Mateo 16:6)  La levadura de los fariseos era su doctrina del legalismo, que juzga y condena a las personas que no cumplen las leyes de Dios.  La levadura de los saduceos era su doctrina del humanismo, que descarta lo sobrenatural y enseña que todo se puede explicar mediante el razonamiento o la ciencia.

Cuando Dios le dijo a Su pueblo en Levítico 2:11: “Ninguna ofrenda de cereal que ofrezcáis al Señor será hecha con levadura,” nos recuerda que la manera en que nosotros apreciamos a Jesús, nuestra ofrenda de cereal, no debe mezclarse con enseñanzas incorrectas.  Por ejemplo, cuando hablamos de “sufrir con Cristo” (Romanos 8:17), nosotros debemos saber que no se trata de sufrir enfermedades o carencias, cosas de las que Jesús ya nos redimió, sino de sufrir persecución, desprecio y rechazo por causa de Su nombre, lo cual es probable que enfrentemos como buenos cristianos.

Amigo, lo que tú crees acerca de Jesús es importante porque el Espíritu Santo solo da testimonio de la verdad. (Ver Juan 16:13)  Así que, pídele a Él que te revele la belleza de Cristo y la perfección de Su obra terminada cada vez que leas la Palabra de Dios.  Descubre en la Palabra cómo Cristo te ha redimido de cada maldición y ha pagado para que tú disfrutes de todas las bendiciones de Dios con Su sacrificio en la cruz.

Amado, deshazte de cualquier levadura en tu fe.  Cree y declara que tú estás sano, no enfermo; que tienes provisión abundante, no escasez; y que en Cristo, tú eres justo para siempre.  ¡Y cuando comiences a creer y a confesar las verdades de Dios, la unción del Espíritu Santo será liberada para el rompimiento que necesita!

Viendo a través de los ojos de la fe,

Joseph Prince

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