Medita En
Pero Dios
el Señor llamó al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?”
Génesis 3:9
Después
de que Adán y Eva cayeron en pecado, escucharon al Señor caminando en el
jardín. ¿Qué hicieron? Se escondieron de
Su presencia.
Hay
algo aquí que Dios quiere que aprendamos sobre la conciencia del pecado: Nos
hace escondernos de Él, cuando Él realmente quiere estar con nosotros. Nos hace sentir como que hemos salido de Su
radar. Nos hace sentir miedo de Él,
cuando el lugar más seguro y más placentero en el mundo está en Su presencia.
Adán
estaba consciente del pecado. Él le dijo
a Dios: “Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo.
Por eso me escondí” (Génesis 3:10). Ahora
bien, esa desnudez no era solo física. Adán
se vio a sí mismo indigno de Dios. Él
estaba consciente de su pecado. Nunca antes
había tenido esta consciencia. Antes de
su acto de desobediencia, cuando Dios venía al jardín, él caminaba con Dios sin
ningún sentimiento de inmundicia. Luego,
tomó conciencia de su pecado y corrió lejos de la presencia de Dios.
Amado,
Dios quiere estar contigo. Pero tú no puedes
tener una relación íntima con Él estando consciente de pecado y sintiéndote indigno
en Su presencia. La buena noticia es que
la sangre de Jesús ha borrado todos tus pecados y te ha justificado. Y Dios está tan satisfecho con el sacrificio
de Su Hijo que Él de ninguna manera se acordará de tus pecados (Hebreos 10:17).
Así que, sal de tu escondite y valientemente
pasa tiempo con Dios. Es en Su presencia
que serás empoderado, renovado y recargado. Es en Su presencia que tú recibes de Él!
Bendiciones,
Joseph Prince
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