¿Cuánto más la sangre de Cristo, el
cual por el Espíritu eterno se ofreció a Sí Mismo sin mancha a Dios,
purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios
vivo?
Hebreos
9:14
¿Has escuchado
la voz de tu consciencia diciendo cosas como esta: “Tú mereces ir al infierno
por los pecados que cometiste contra tu esposa hace tres años” o “¿Por qué te
sorprende que tu hijo no te hable? Nunca
has estado cerca cuando él te ha necesitado”?
Sabes, hay
personas que se sienten deprimidas todo el tiempo debido a su sentido de culpa,
y luego “pagan” por sus pecados en términos de enfermedad. De hecho, los doctores han descubierto que
muchas enfermedades psicosomáticas son causadas por la culpa y la condenación,
porque la consciencia está diciendo: “Tú hiciste algo malo. Debes ser castigado. ¿Cómo podría tu pecado no ser castigado?”
Es por eso que
debes tener una respuesta que satisfaga a tu consciencia. Cuando tu consciencia dice: “Tú has pecado. Y debes ser castigado por este pecado porque
si no Dios no sería un Dios justo,” tú responde: “Si, he pecado. ¡Pero éste y todo pecado que he cometido fue
castigado al máximo en el cuerpo de
Cristo Jesús! Así que, hoy ya no queda más castigo para mi,
porque, ¡cuánto más purificará mi conciencia la sangre
de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a Sí Mismo sin mancha
a Dios!”
Mi amigo, la
única manera de darle paz a tu consciencia es mirar a la cruz. La cruz de Jesús es la única respuesta que
va a satisfacer tu consciencia.
Así que, la
próxima vez que tu consciencia te condene a causa de pecado, no trates de
silenciarla con tus buenas obras. Mira a la cruz y di: “Padre, te doy gracias
por Jesús y por la cruz. Jesús fue
totalmente condenado en mi lugar por este pecado, así que ahora no hay
absolutamente ninguna condenación que quede para mí.” Entonces, tu consciencia va a ver a la cruz y
dirá: “Ahhhh… paz.” Mi amigo, la obra terminada de Jesús en la cruz, ¡en verdad te hace libre!
Viendo a
través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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