Mas al que no trabaja, pero cree en Aquel que
justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia.
Romanos 4:5
¿De qué crees
que se trata la justicia de Dios? ¿De
algo que tú haces o de algo que tú eres?
¿De hacer lo correcto o de ser correcto?
La Biblia nos
dice que después del sacrificio de Jesús en la cruz, Dios
atribuye la justicia no a aquellos que se esfuerzan por obedecer la ley
(Gálatas 2:16), sino a todos aquellos
que creen en Su Hijo. Debido a que Cristo tomó nuestros pecados y nos dio Su
justicia (2 Corintios 5:21), en el momento en el que creemos en Él, Dios nos trata como justos, separadamente de nuestras obras o nuestra obediencia
(Romanos 4:5-8). Esta es la justicia del nuevo pacto —una justicia que viene de la fe y
no de las obras.
Tú no eres
justo debido a tu rectitud moral. No
eres justo porque practicas auto-control.
No eres justo porque que lees 10 capítulos de la Biblia
diariamente. No eres justo porque te
sientes justo. Tú eres la justicia de Dios en Cristo únicamente porque el sacrificio
de Jesús te hizo así. Cuando crees esto, tu fe te es contada por
justicia.
Y esto es para
lo cual Dios quiere que uses tu fe. Si
tú eres justo por tus obras, entonces no necesitas fe. Tampoco necesitas fe para saber que eres
pecador. Pero necesitas fe para creer y declarar que tú eres la justicia de Dios en Cristo, en medio de tus luchas con
la tentación y el pecado.
Por ejemplo,
cuando te sientes pésimo porque acabas de gritarle a tu esposa, Dios quiere que
ejercites tu fe para ver que todavía eres justo en medio de esa falta. Esta revelación
viva de que tú sigues siendo justo, va a darte la fortaleza para amar a tu
esposa y arreglar las cosas con ella.
El Diablo
puede estar recordándote tu mal temperamento y cuestionar tu integridad: “¿Cómo
te atreves a llamarte a ti mismo justo cuando acabas de hacer eso?” Solo ignora sus mentiras y declara
confiadamente: “Yo no soy justo debido a
lo que hago o dejo de hacer. ¡Soy justo
solamente por la sangre y la obra terminada de Jesús en la cruz!”
Viendo a
través de los ojos de la fe,
Joseph Prince
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