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sábado, 24 de marzo de 2018

Por Las Heridas De Jesús Tú Has Sido Sanado


… El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por Sus heridas hemos sido sanados.
Isaías 53:5
Sabías que una de las mayores críticas en contra de la película de Mel Gibson, La Pasión del Cristo, fue que esta era demasiado violenta, especialmente la parte en la que Jesús fue azotado.
Déjame decirte esto: ¡No fue lo suficientemente violenta!  La Biblia dice que en la cruz, el rostro de Jesús fue desfigurado más que el de cualquier otro hombre (ver Isaías 52:14).  En la película, aún después de todos los golpes, el actor James Caviezel, que interpretó a Jesús, todavía lucía bastante atractivo.
Pero la realidad es que cuando Jesús colgaba de la cruz, Él no tenía “aspecto hermoso… ni apariencia para que le deseemos”. (Isaías 53:2)  Él fue molido a golpes hasta que Su rostro se veía como gelatina colgando por fuera.
En la película, cuando ellos lo azotaban, solo una pequeña parte de Sus huesos fue expuesta, así que todavía se mantuvo bastante intacto.  Pero los salmos mesiánicos dicen: “Sobre Mis espaldas araron los aradores; alargaron sus surcos” (Salmo 129:3), y “Puedo contar todos Mis huesos.  Ellos Me miran, Me observan” (Salmo 22:17).  ¡Todos Sus huesos fueron expuestos!
Mi amigo, Él estaba pensando en ti cuando los soldados lo ataban al poste de flagelación.  Mientras ellos levantaban sus látigos, Él dijo: “¡Que todo caiga sobre Mi!”
Pero lo que cayó sobre Él no eran solo los látigos que rasgaban la carne de Su espalda desnuda, sino tus enfermedades y tus dolores.  Cada vez que Él fue azotado, toda forma de enfermedad y dolor, incluyendo artritis, cáncer, diabetes, gripe y dengue, cayeron sobre Él.  El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por Sus heridas hemos sido sanados.”
Hoy, la sanidad es tu derecho porque Jesús ha pagado el precio por tu sanidad.  Así que, si el diablo te dice: “Tú no puedes ser sanado,” solo declara: “¡Jesús ha pagado por mi sanidad!  La enfermedad no tiene ningún derecho de estar en mi cuerpo.  ¡Yo soy sano en el nombre de Jesús!”
Toda maldición de enfermedad que debía caer sobre ti, cayó sobre Jesús en tu lugar.  Él llevó cada uno de esos azotes, para que tú puedas caminar en salud divina todos los días de tu vida.  ¡El precio ha sido pagado para que tú puedas levantarte y salir de la cama de tu aflicción!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph  Prince

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