… Gracia y paz a vosotros, de
Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Romanos 1:7
Cuando viajas
en avión en primera clase, los asistentes de cabina te dan tratamiento de primera
clase. Ellos te preguntan: “¿Está todo bien señor?” Te preguntan
también “¿qué revistas quiere leer?” Te dan una frazada si tienes
frio. Te dan comida de mejor clase. Te dan un trato preferencial,
comparado con quienes viajan en clase económica.
La gracia de Dios se define como “favor inmerecido, que no hemos ganado y del
cual no somos dignos”. Y una de las
definiciones de favor es “trato preferencial”. Hoy, Dios
quiere que tú sepas que tienes Su favor
sobre ti. Quiere que sepas que Él
te da un trato preferencial que no mereces. Y quiere que tú dependas de esto y tomes total ventaja
de esto toda tu vida.
Dios también
quiere que sepas que Su favor en tu vida
puede incrementar. Tú
puedes experimentar más de Su favor día
a día. ¿Cómo? La Biblia nos dice en 2 Pedro 1:2 que la gracia de Dios (Su favor), se multiplica
en nosotros “en el conocimiento de Dios y
de nuestro Señor Jesucristo”. Así que, mientras más contemples a Jesús y Su amor por ti, y más creas y confieses que el favor de Dios está sobre ti, más verás Su favor trabajando
para ti.
Si eres
doctor, vas a notar que los pacientes te favorecen y vas a tener más pacientes
de los que puedas atender. Si eres empresario, vas a encontrar personas
que quieren hacer negocios contigo porque tú les agradas y se sienten bien
contigo. Luego, vas a tener más negocios de los que puedas manejar y ¡vas
a necesitar un plan de expansión!
Cuando el
favor de Dios brilla en tu iglesia, resulta que tus instalaciones son demasiado
pequeñas para las personas que semana a semana hacen cola para asistir a los
servicios. Así que, cuando las personas se asombren y pregunten “¿Qué
está pasando aquí?” Tú puedes decirles: “¡Es el favor de Dios que se
multiplica sobre nosotros!” ¡Y
éste es totalmente inmerecido, no ganado y del cual no somos dignos!
Viendo a
través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
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