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sábado, 3 de marzo de 2018

Tú Tienes Justicia De Primera Clase

Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.
2 Corintios 5:21
Algunos cristianos creen que tienen que esforzarse para llegar a ser más justos.  Y luego se lastiman a sí mismos cuando cometen un error.  No se dan cuenta de que haciendo esas cosas, ellos no están buscando la justicia de Dios, sino están tratando de establecer su propia justicia por medio de guardar la ley y una conducta correcta. 
La justicia de Dios no se relaciona a una buena conducta.  Esta es un regalo de Dios para nosotros, por medio de Jesús.  Y ya que es un regalo, nosotros no podemos ganarla por guardar la ley y la buena conducta.  ¡Nosotros solamente la recibimos!
¿Y cómo recibimos este regalo?  Lo recibimos por medio de la cruz.  Dios hizo que Jesús “que no conoció pecado, fuera hecho pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él”.  Así que, hoy nosotros somos la justicia de Dios en Cristo¡Somos tan justos como lo  es Jesús!
Pero algunos de nosotros pensamos que en el cuerpo de Cristo hay diferentes clases de justicia, así como las diferentes clases de un viaje en avión.  Pensamos que algunos de nosotros tenemos justicia de clase económica, otros tienen justicia de clase ejecutiva y unos pocos seleccionados tienen justicia de primera clase.
¡Esto no tiene sentido!  Cuando Dios nos dio a Jesús, Él se convirtió en nuestra justicia.  Así que nosotros tenemos Su justicia.  ¡Esto significa que somos 100% justos a los ojos de Dios!  ¡No podemos sino tener justicia de primera clase!
Puede que digas: “No entiendo, Pastor Prince. ¿Cómo puedo yo ser justo, cuando he obrado mal?”  Piensa en esto: Jesús, quien no conocía pecado, fue hecho pecado por nosotros.  Jesús no conocía pecado, no cometió pecado y en Él no había pecado.  Pero en la cruz, Él recibió nuestro pecado y se convirtió en pecado por nosotros.
De la misma manera, nosotros, que éramos pecadores, no conocíamos la justicia, no hicimos justicia, y en nosotros no había justicia.  Pero en la cruz, nosotros recibimos Su justicia y nos volvimos la justicia de Dios en Cristo Jesús.
En la cruz, el intercambio divino se llevó a cabo.  Jesús tomó nuestro lugar para que nosotros pudiéramos tomar Su lugar.  Él no merecía ser hecho pecado, pero fue hecho pecado en lugar nuestro.  Nosotros no merecíamos ser hechos justos, pero fuimos hechos justos porque recibimos Su justicia.  ¡Que buena noticia!  ¡Que gracia tan maravillosa! 
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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