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lunes, 5 de marzo de 2018

Elige No Preocuparte


¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir un codo a su estatura?
Mateo 6:27
Muchos cristianos están familiarizados con la pregunta retórica de Jesús: “¿Quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir un codo a su estatura?”  Pero realmente no muchos de nosotros dejamos que éste pensamiento entre en nuestros corazones y permita que el amor de Dios nos libere del hábito de preocuparnos.
La verdad es que, ninguna cantidad de preocupación puede extender tu vida, ni añadir algo a tu cuerpo físico.  En cambio, el preocuparte te roba el sueño, la salud y muchos buenos años.  De hecho, es solo cuando te sientes libre de preocupaciones que la unción de Dios corre libremente en ti, fortaleciéndote, sanándote, restaurándote y haciéndote crecer.
Una dama miembro de nuestra iglesia, luego de hacerse una mamografía, encontró que tenía tumores en el pecho.  Después de recibir su reporte médico, ella escribió esto en él: “Jesús es mi sanador.  Yo recibo mi sanidad.  Yo he sido sanada.  Yo descanso en Dios completamente.”
Más tarde ese mismo día, ella regresó a la clínica para ver por medio de una biopsia si los tumores eran malignos.  Su cuñada, que había almorzado con ella ese día, fue testigo de su actitud tan animada y sin preocupación mientras almorzaban.
De regreso en la clínica, esta preciosa hermana se sentó cerca de otras mujeres que también estaban allí para hacerse biopsias.  Ellas se veían muy preocupadas, así que ella comenzó a compartirles de Jesús y oró por algunas de ellas.  Cuando llegó su turno y se le practicó el ultrasonido, el doctor estaba perplejo —¡sus imágenes no mostraban evidencia de ningún tumor!
El doctor salió a consultar el caso con la colega que había descubierto los tumores inicialmente.  Asombrados, los dos doctores realizaron sus propias investigaciones.   Ambos regresaron con ella solamente para decirle: “¡Es un milagro!”
Mi amigo, cuando te preocupas, realmente estás creyendo que el diablo tiene el poder para hacer incursiones en tu vida de las cuales Dios no puede protegerte.  Pero cuando te rehúsas a preocuparte, tú estás poniendo tu fe en Dios.  Tú tienes más confianza en Su amor y Su poder trabajando para ti, que en las habilidades del diablo para hacerte daño.  Cuando te rehúses a preocuparte y elijas descansar en la obra terminada de Cristo, vas a ver la manifestación de tu bendición.  ¡Vas a ver tu milagro!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph  Prince

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