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martes, 21 de agosto de 2018

No Se Preocupen Por Nada


Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.  Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7
Cuando enfrentamos a una crisis o problema, tendemos a volvernos totalmente ansiosos al respecto.  Pero Dios no quiere que reaccionemos de esta manera.  Él no quiere que estemos afanados, ansiosos o preocupados respecto a nada.  En cambio, cualquiera que sea el problema, Él quiere que vayamos a Él en oración y súplica, diciéndole lo que necesitamos y dándole gracias por Su respuesta.  Cuando hacemos esto, Su paz, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones y nuestras mentes de todas las preocupaciones, ansiedades y temores.
“Pastor Prince, es fácil para usted decir: ‘No se preocupen por nada.’  Trate de vivir con mi esposo por un día.  Trate de disciplinar a mi adolescente rebelde.  ¡Mire el balance en mi cuenta de banco!   ¿Cómo puedo no estar preocupado?”
¡Permíteme!  No soy yo quien dice: “No se preocupen por nada.”  Lo dijo el apóstol Pablo.  Sin embargo, tampoco fue él —él fue impulsado por el Espíritu Santo.  Y cuando Pablo escribió esto, él era prisionero bajo arresto domiciliario en Roma.  Había sido enviado a Roma porque había apelado a César con respecto a su sentencia de muerte.  Los judíos en Jerusalén querían que fuera muerto. (Hechos 28:16-20)
Aun así, bajo esas condiciones de prueba, él escribió estas palabras: “No se preocupen por nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean agradecidos.  Así Dios les dará Su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo. (Traducción en Lenguaje Actual)
Mi amigo, si estás ansioso o preocupado por algo, recuerda estas palabras.  Digamos que estás preocupado respecto a una gran deuda.  Ve al Señor y ora: “Señor Jesús, yo ya no quiero estar ansioso por este problema.  Lo dejo en Tus manos y te pido por una cancelación sobrenatural de esta deuda.  Está bajo Tu cuidado ahora.  Tú estás a cargo.  Te doy gracias por tomar el control de esto.”
Dios es fiel a Su Palabra.  Mientras tú haces esta oración y entregas tu cuidado a Él, vas a darte cuenta que Su paz lleva a tu corazón y tu mente al descanso.  Así que, ¡no te preocupes por nada —permite que Aquel para quien nada es imposible, tenga cuidado de esa situación en tu lugar!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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