Medita En
“… Me ha ungido el Señor
para traer buenas nuevas a los afligidos; Me ha enviado para vendar a los
quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a
los prisioneros.” (Isaías 61:1)
Kate era adicta al
alcohol y dependiente de un cóctel de fuertes antidepresivos, tranquilizantes,
beta bloqueadores y pastillas para dormir. A lo largo del tiempo, tratar de hacer frente
a las demandas de alto octanaje que requiere el estar en un alto nivel
corporativo, así como la tensión por mantener su éxito e imagen, la llevaron a
buscar alivio en todas estas fuentes. Para
el resto del mundo, Kate parecía tenerlo todo junto. Pero en realidad, su desesperación por su
incapacidad para hacer frente a esas sustancias solo la sumió en un círculo
vicioso de derrota.
Kate intentó todo para
vencer a la botella y su depresión: Ella concertó citas con psiquiatras y
psicólogos e incluso asistió fielmente a grupos de apoyo para alcohólicos. A través de estas interminables citas y
reuniones, experimentó lo que ella llama “algunos episodios de recuperación”,
que duraron varios días en el mejor de los casos.
Al final, Kate se
encontró a punto de rendirse. Pero Dios
tenía otros planes para ella. Él la guio
hacia uno de los líderes de mi iglesia que la animó a seguir escuchando la predicación de la Palabra
y orando en el Espíritu. Y mientras ella se mantuvo escuchando mis
mensajes sobre la gracia de Dios, Dios comenzó a desarraigar las creencias equivocadas que se habían apoderado de la
mente de Kate y las reemplazó con
creencias correctas acerca de ella y su futuro.
Cuanto más escuchaba,
más podía mantener sus ojos en Jesús,
en vez de tratar de superar los síntomas. Cuanto más escuchaba, más podía descansar, ver las bendiciones de Dios en las pequeñas cosas y sobrenaturalmente ni siquiera experimentar síntomas de abstinencia.
Y en poco tiempo, cuatro largos y
traicioneros años de adicción al alcohol desaparecieron
para Kate.
Lo mismo puede pasar
para ti. En un instante sobrenatural, tú también puedes experimentar la liberación de hábitos destructivos, temores
y ataduras. Es posible que no puedas
comprender cómo la gracia puede
liberarte de una adicción de largo plazo, ¡pero puedes experimentarlo en tu
corazón y experimentar Su libertad en tu área problemática!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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