Medita En
Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como
en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma
imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. (2 Corintios 3:18)
Creo que Jesús está
haciendo una gran obra en tu vida ahora mismo. Tal vez tú no puedas verlo porque hay algo que
hiciste en tu pasado que simplemente no puedes sacarte de encima, que parece como
un peso alrededor de tus pies y te mantiene oprimido. Amado, este
es el día para tu rompimiento —tu libertad, tu avance. Aprende a ver lo que Dios ve fijando tus ojos en Jesús.
Debes comprender que
lo que tú ves o cómo los demás te ven, no es tan importante como cómo Dios te
ve. Muchas personas piensan que Dios los
ve en sus pecados y solo está aguardando un poco para caer sobre ellos y
castigarlos. Esta creencia equivocada
produce una vida equivocada. Si ves a
Dios de esta manera, no puedes evitar sentir temor, inseguridad y ansiedad
constantes a causa de tus pecados pasados. ¡Este día, toma la decisión de volver tus ojos a Jesús, porque Él ya
te hizo a ti, el creyente, justo con Su sangre!
De hecho, cuanto más
contemplas a Jesús, más eres transformado
“de gloria en gloria, como por el Señor,
el Espíritu”. (2 Cor. 3:18) Fijar
tus ojos en Jesús es la santidad más grande. Muchos piensan que tienen que hacer más para ser más santos, más aceptados
y más amados por Dios. La verdad es que
cuando tú contemplas más a Jesús y ves Su amor, Su perdón, Su gracia abundante
y Su regalo de justicia comprado para ti con Su propia sangre, tú eres transformado sobrenaturalmente.
La santidad es un
subproducto de ver a Jesús en Su gracia.
Cuando ves a Jesús y recibes Su amor y gracia todos los días, tu corazón
es transformado interiormente. Esta no
es una modificación de la conducta hacia nuestro exterior. Es un cambio real que se sostiene en un
corazón tocado por Su gracia y en una conciencia emancipada que está libre de
culpa para siempre. Es en este momento que
esa adicción comienza a soltarse de
tu vida. Es aquí que ese temor comienza
a disolverse en Su amor perfecto y
esa condenación que surge de tus equivocaciones pasadas es lavada por Su sangre preciosa.
¡Qué vida! Esta es la vida que Dios quiere que tú
experimentes. ¿Puedes verlo? ¿Puedes ver lo que Él está viendo?
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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