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domingo, 28 de abril de 2019

Continúa Declarando Tu Justicia


Medita En
Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a Su propio Hijo…  (Romanos 8:3)
Amo el versículo de hoy.  La respuesta, mi amigo, no se encuentra en la ley, sino en el Hijo.  La ley fue dada por un siervo, Moisés; la gracia vino por el Hijo, Jesús.  La revolución de la gracia comienza con una persona y Su nombre es Jesús.  Cuando tienes a Jesús como tu Señor y Salvador, y la revelación de Su gracia, lo tienes todo. Y más importante, tienes una identidad nueva de justo en Cristo.
Muchos creyentes no se dan cuenta de esto, pero las revelaciones pueden ser robadas y olvidadas.  Eso es lo que le sucedió a la iglesia de Corinto y Pablo tuvo que intervenir para recordarles su identidad de justos en Cristo.  Esta es también la razón por la cual es esencial que formes parte de una iglesia local en donde puedas seguir escuchando y escuchando mensajes que están llenos de la persona de Jesús, y estar rodeado de líderes y amigos centrados en Cristo que siempre te dirigirán de vuelta al Señor y a tu identidad de justo en Cristo.
Quiero animarte a hacer diariamente conciencia de tu justicia en Cristo, declarando y confesando tu justicia en voz alta.  Yo creo que tú sabes que eres justo en Cristo y que la justificación es un regalo que no puedes ganar.  Y aunque saber esto es fantástico, quiero que avances un paso más conmigo hoy y empieces a practicar el confesar tu justificación en Cristo todos los días.
Querido amigo, cuando estás estresado y miles de cosas gritan por ganar tu atención, susurra en voz baja: “Yo soy la justicia de Dios en Cristo”.  Cuando leas alguna noticia terrible en los periódicos de la mañana y tu corazón caiga presa de temor por tus seres queridos, solo susurra en voz baja: “Yo soy la justicia de Dios en Cristo”.  Y cuando sientas la tentación de volver a disfrutar de una adicción pasada, ahora sabes qué hacer: susurra en voz baja bajo, “Yo soy la justicia de Dios en Cristo”.
Tu permanencia en la victoria está directamente relacionada con cuán consciente eres de tu identidad de justo en Cristo.  Si tú verdaderamente deseas ver rompimientos duraderos en tu vida y vivir por encima de la derrota, ¡declara!  Declara, declara y declara sin dudar.  ¡Y te prometo que vivirás más libre del estrés, más libre de los temores, más valientemente y más victorioso que nunca!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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