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martes, 2 de abril de 2019

Rompe El Ciclo De Derrota


Medita En
Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús…  (Romanos 8:1)
Las personas que creen equivocadamente que Dios es duro con ellos a causa de sus faltas, serán inevitablemente duros con las personas que los rodean y sobre todo, terminarán siendo muy duros consigo mismos.  Ellos no pueden perdonarse a sí mismos por los errores que cometieron en el pasado y terminan castigándose a sí mismos, sea que se den cuenta o no.  Es un ciclo vicioso de derrota.  Cuanto más no pueden perdonarse a sí mismos, más se lastiman con todo tipo de comportamientos y más resultan con ataduras de adicciones destructivas.  Esto lleva a una mayor culpa, lo que a su vez los impulsa a castigarse a sí mismos aún más —y el ciclo continúa.
Creo que la causa raíz de muchos hábitos pecaminosos, temores y adicciones puede seguirse hasta la condenación.  Quiero hablarte hoy sobre ir tras la condenación como la raíz, para ayudarte a recibir el perdón de Dios en esas áreas, a fin de que puedas romper tu ciclo de derrota y entrar en un nuevo ciclo de victoria.
¿Estás viviendo hoy con alguna culpa o condenación no resueltas?  Tengo excelentes noticias para ti.  Cuando te das cuenta de que el corazón de Dios no está en la condenación sino en el perdón, ¡toda tu vida puede ser transformada para Su gloria Personalmente, he presenciado tantas vidas transformadas al solo dar un pequeño paso de fe para creer en Su gracia y recibir Su perdón en sus vidas. 
En vez de castigarse a sí mismos por sus equivocaciones y descalificarse, estas personas comenzaron a corregir sus creencias y a recibir el perdón de Dios al ver a Jesús asumiendo su castigo.  Ellos comenzaron a ver a su Salvador haciéndolos dignos de recibir todas las bendiciones de Dios para sus matrimonios, familias y carreras.
En este momento, quiero animarte a soltar ante el Señor la culpa y la condenación que has acumulado a causa de las equivocaciones que cometiste a lo largo del tiempo.
Haz la oración de abajo conmigo.  Es una oración simple pero poderosa.  Te animo a hacerla cada vez que falles y experimentes culpa y condenación en tu corazón.  Deja de castigarte a ti mismo —tu respuesta se encuentra en la cruz de Jesús.  Yo te aseguro que cuando te acerques a Jesús y te recuerdes a ti mismo cuán perdonado y justificado eres en Cristo cada vez que fallas, comenzarás a vivir como la persona justificada y perdonada que Jesús te ha hecho.
Señor Jesús, ya no quiero vivir más bajo la culpa y la condenación.  Hoy, suelto todas mis faltas, pecados y equivocaciones en Tus amorosas manos.  Y recibo Tu perdón ahora mismo en mi corazón.  Gracias por Tu sangre preciosa que me lava y me hace más blanco que la nieve.  Ahora mismo me levanto en Tu justicia, favor, gozo y paz.  ¡Amén!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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