Medita En
Mas Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras
iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por Sus heridas
hemos sido sanados. (Isaías 53:5)
Hay otra razón por la
que podemos celebrar y es saber que Jesús soportó el castigo que se nos debía:
el perdón y la sanidad van de la mano. La
Biblia dice que Él, que nunca violó una sola ley de Dios “fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras
iniquidades. El castigo, por nuestra paz, cayó sobre él, y por Sus heridas,
hemos sido sanados”. (Isa. 53:5) ¿Ves cómo la sanidad y el precio por nuestro
perdón están tan estrechamente relacionados en la Palabra de Dios?
Hoy, muchos están luchando
por sanarse a sí mismos de sus enfermedades, dolencias, trastornos mentales y
adicciones. Yo quiero anunciarte hoy que
nuestra parte es recibir el perdón
de Jesús y creer cada día que somos
perdonados. Cuanto más conscientes del
perdón somos, más fácilmente vamos a experimentar sanidad y libertad de toda
dolencia corporal, opresión mental y hábitos destructivos.
Uno de mis salmos
favoritos dice así: “Bendice alma mía, al
Señor, y bendiga todo mi ser Su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no
olvides ninguno de Sus beneficios. Él es el que perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus enfermedades. (Sal. 103:1–3). Ahora, ¿qué viene primero? ¡La
conciencia de que todos tus pecados son perdonados precede a la sanidad de
todas tus enfermedades!
Y la palabra operativa
aquí es todos. Algunos de nosotros estamos cómodos con
recibir un perdón parcial en ciertas áreas de nuestra vida. Pero nos rehusamos a permitir que el perdón de
Jesús toque algunas áreas oscuras —áreas que no podemos soltar y áreas por las
que no podemos perdonarnos a nosotros mismos. Cualesquiera que sean esos errores, te animo a
que permitas que Jesús te perdone todos tus
pecados y recibas sanidad para todas
tus enfermedades.
Mi amigo, suelta el
pasado. Deja ir los errores. Permítete hoy ser libre y aprende a perdonarte
a ti mismo al recibir con un corazón abierto el perdón total y completo de
Jesús.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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