De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis
ser justificados por la ley; de la gracia
habéis caído.
Gálatas
5:4
¿Qué es la gracia de Dios? En pocas palabras, la gracia de Dios es la bendición,
la sanidad y la liberación que Dios te da
a causa de Jesús. La
gracia de Dios es Su favor
inmerecido, que no hemos ganado y
del cual no somos dignos, pero que está dirigido a nosotros, simplemente por la obra terminada de
Jesús en la cruz.
Dado
que la gracia de Dios se basa en la obra
de Jesús y no en nuestras obras,
la única manera de que caigamos de esta
gracia es creyendo que podemos ganarla, tener el mérito de ella y merecerla por medio de nuestra obediencia y
nuestras buenas obras. Por
ejemplo, caemos de la gracia cuando decimos: “Dios tiene que responder a mi
oración porque he orado durante bastante tiempo”. También caemos de la gracia cuando pensamos
que porque estamos sirviendo en la iglesia o porque hemos acabado con un mal
hábito, Dios está complacido con nosotros y ahora tiene que bendecirnos.
Cuando
pensamos que nuestros esfuerzos y nuestra obediencia hacen que recibamos
las bendiciones de Dios, nos hacemos
como los fariseos. Ellos creían
que el guardar la ley los justificaba y les aseguraba que Dios los bendijera.
Pero ésta
es la verdad cuando nosotros pensamos
como ellos: “de Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados
por la ley; de la gracia habéis caído.” Esto significa que estamos separados de Cristo, que es nuestro Salvador,
Redentor, Sanador y Proveedor. ¡Cristo
se convierte en alguien sin efecto para
nosotros!
Mi
amigo, seguramente quieres que Cristo
sea alguien con efecto para ti. Las
personas para quienes Cristo es alguien
con efecto en ellos, reciben de Él
el milagro que necesitan. Cuando Él
es alguien con efecto para ellos, Él
es su sanador y ellos son sanados. Él es su sabiduría y ellos son sabios delante
de los hombres. Él es su buen éxito y ellos experimentan buen éxito en todo lo que
hacen.
Amado,
para que Cristo sea siempre alguien con
efecto para ti y para no anular
nunca la gracia de Dios que opera en tu vida, ¡sólo recuerda y cree que es a causa de Cristo y Su obra terminada —Su
sangre, Sus llagas, Su muerte, Su obediencia— que tú eres justificado, sanado y
bendecido!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince
Pensamiento
del Día
La única manera de que caigamos de la gracia de
Dios, es creyendo que podemos ganarla, tener el mérito de ella y merecerla por medio
de nuestra obediencia y buenas obras.