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jueves, 12 de diciembre de 2019

Aplicando La Palabra Escrita


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Pero la justicia que es de la fe, dice… Más, ¿qué dice? “Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón”, es decir, la palabra de fe que predicamos.  (Romanos 10:6, 8)
Permíteme mostrarte ejemplos de cómo puedes usar la Palabra escrita para enfrentar los ataques del enemigo.  Digamos que mientras conduces al trabajo una mañana, escuchas a un profesional decir por la radio: “Una de cada cinco mujeres desarrollará esta enfermedad a los cuarenta años”.  Ese es el momento en que tú debes decir: “Escrito está —‘Él te librará del lazo del cazador y de la pestilencia mortal’”. (Sal. 91:3)  Al hacer esto, tú estás levantando un escudo de fe y estás liberando poder al declarar que, independientemente de lo que digan los informes del mundo, ¡tu Dios te librará de toda enfermedad mortal!
Este es otro ejemplo de cuándo y cómo puedes citar la Palabra escrita.  Supongamos que por alguna razón, estás paralizado por imágenes vívidas en tu mente sobre ti mismo muriendo joven, y dejando a tu cónyuge y a tus pequeños, valiéndose por sí mismos.  Nuevamente, este es el momento de hablar la Palabra de Dios en contra de esos temores.  Declara: “Escrito está —‘Lo saciaré de larga vida y le haré ver Mi salvación’”. (Sal. 91:16)
Quizás tienes un conocido que murió en un accidente fatal.  Y ahora tienes miedo de que te pueda pasar lo mismo.  Amigo, el enemigo te acaba de disparar con un dardo ardiente.  Nosotros no sabemos lo que la otra persona creía.  Solo podemos ser responsables de lo que nosotros creemos y vivimos.  Quizás los miembros de tu familia han muerto por la misma enfermedad y el enemigo ahora te está atacando con pensamientos de que tú también desarrollarás diabetes como le sucedió a tu padre y a tu tío, o que morirás por la misma afección cardíaca que ellos tenían.
Amigo, si has estado entreteniendo pensamientos como estos, AHORA es el momento de levantarte y hacer esta declaración: “Aunque caigan mil a tu lado y diez mil a tu diestra, a ti NO se acercará”. (Ver Sal. 91:7)  Que algo suceda a tu diestra significa que tiene que estar muy cerca de ti.  Esto significa que, incluso si algo desafortunado le sucede a alguien cercano a ti, no permitas que el miedo te detenga con su abrazo que paraliza.  ¡Habla la Palabra escrita de Dios!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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