Medita En
¡El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás
terminan. Grande es Su fidelidad; Sus misericordias son nuevas cada mañana. (Lamentaciones 3:22–23, NTV)
Amigo, te tengo más buenas noticias: cada vez que tú fallas, hay gracia fresca
de Jesús para rescatarte. Cada vez que falles, confiesa tu justicia
en Jesús por fe. Sé que
probablemente tú no te sientas precisamente justo, es por eso que necesitas decirlo
por fe.
He recibido muchos
testimonios de rompimientos, avances y libertades de personas de todo el mundo
que, incluso cuando sucumben a sus adicciones, confiesan: “Incluso en este momento, yo soy la justicia de Dios en Cristo” y finalmente
encontraron la libertad de sus ataduras. Puede que se trate de una adicción al tabaco, al
alcohol o a la pornografía. Michael, un
hermano en Australia, felizmente compartió: “Acabo de dejar de fumar siguiendo
lo que tú enseñas en tus libros y DVDs (acerca de ser consciente de mi justicia
en Cristo y confesarlo), cada vez que me sentía tentado a fumar. También he sido liberado de veinte años de
abuso de drogas y alcohol, y estoy libre de pensamientos paranoicos. Yo no pude renunciar a ellos por mi propio esfuerzo,
pero a través de Cristo lo conseguí”.
Mientras estas personas confesaban y se veían
a sí mismos como justos en Jesús, incluso en medio de sus fallas, ellos lograron
ver su verdadera identidad en Cristo. Las
hojas muertas comenzaron a caer y ellos llegaron al lugar donde no tenían
ningún deseo de fumar otro cigarrillo, beber otra gota de alcohol o visitar
otro sitio pornográfico. Nuevas hojas,
nuevas flores y nuevos frutos surgieron en sus vidas de forma inconsciente y
sin esfuerzo. La gracia puso fin a la esterilidad y el tormento del invierno, y
los hizo pasar a la primavera perpetua para ellos.
Amado, si tú estás
lidiando con algo en este momento, deja de luchar y comienza a recibir. Comienza
a recibir la abundancia del favor inmerecido del Señor. Comienza a recibir el regalo gratuito de Su
justicia. Comienza a recibir el poder limpiador de Su perdón. No hay nada para que tú hagas, sino tomarlo todo
y permitir que Su poder de resurrección eche fuera todos los síntomas de muerte
y decadencia, en tus circunstancias y en tu vida.
¿Puedo darte una tarea
hoy? Cada vez que falles, corre a la
presencia de Dios y has esa misma oración por fe. ¡Su
gracia te levantará!
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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