Medita En
Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al
Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que Él
inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne, y puesto que
tenemos un gran Sumo Sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de
mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. (Hebreos 10:19–22)
Durante décadas y décadas, Dios ha sido
retratado por el demonio como un Dios enojado, y desafortunadamente, muchos
maestros de la Biblia sin darse cuenta le han ayudado, pintando una imagen de
un Dios iracundo. Esta representación de
Dios está equivocada. Nosotros estamos ahora bajo el nuevo pacto
y tú no podrás encontrar una sola escritura del Nuevo Testamento que diga que
Dios está enojado con los creyentes a causa de sus pecados. Tendrías que ir al Antiguo Testamento para
buscar versículos que hablen de la ira de Dios a causa de los pecados de Su
pueblo.
¿Qué Dios no esté
enojado contigo significa que no hay lugar para la corrección de Dios en
nuestras vidas? ¿Hay corrección y directrices
sabias que vienen por la Palabra de Dios en el nuevo pacto de la gracia? Absolutamente. Pero en
cuanto a Su ira hacia ti y tus pecados, todo eso se ha resuelto en la cruz.
Te garantizo que cuando tú entres en la
dulce presencia de Jesús con todas tus dificultades, fallas y luchas, Él no va
a rugirte. Él va a amarte a plenitud y te pondrá en un camino de libertad de todos
tus temores, culpas y adicciones. ¡Jesús
es el fin de todas tus luchas!
Debido a que el amor perfecto de Dios es la respuesta
para superar las luchas en tu vida, el diablo está haciendo todo lo que
puede para alejarte y separarte de este amor. Él sabe que mientras más tiempo esté la deuda
del pecado en tu conciencia, más vas a evitar a Dios porque piensas que Dios
está enojado contigo.
Lo hermoso de Jesús es que Él no solo pagó la
deuda por el pecado de tu vida entera, sino que la pagó en exceso. A diferencia de los sumos sacerdotes del
Antiguo Testamento, Él no ofreció la sangre de toros y cabras para pagar por tus
pecados. Este gran Sumo Sacerdote pagó por tus pecados con Su propia sangre
perfecta y sin pecado. ¡Dios no se
ablandó hacia el pecado bajo la gracia! De
ninguna manera. Él ofreció a Su Hijo unigénito, Jesús, quien es un pago absoluto excesivo
por tus pecados.
Es como si tú tuvieras
una deuda de un millón de dólares, pero
Jesús pagó mil millones de dólares para saldar esa deuda. La verdad es que si tú
supieras quién es Jesús y el valor del Hijo de Dios, sabrías que Su pago en la
cruz valía más de mil millones de dólares. ¡Es un
pago que ha borrado completamente los pecados de toda tu vida —pasado, presente
y futuro— de una vez por todas! Ya no hay un abismo de pecado que te separe
de Dios. La cruz manchada de sangre construyó un puente.
Viendo a través de los
ojos de la fe,
Joseph Prince
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