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lunes, 16 de diciembre de 2019

“Ninguno Me Condena”


Medita En
Enderezándose Jesús, le dijo: “Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado?” Y ella respondió: “Ninguno, Señor.” Entonces Jesús le dijo: “Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.”  (Juan 8:10–11)
Ella nunca esperó ser atrapada en el acto de adulterio, mucho menos ser arrastrada hacia el Maestro y arrojada a Sus pies.  Los que lo hicieron, con aire de suficiencia esperaban que Jesús la condenara.  Ninguno de ellos estaba preparado para escucharlo a Él decir: “¡Que aquellos que nunca han pecado arrojen las primeras piedras!”  Sus conciencias recibieron punzadas y uno por uno, se fueron.  A solas con Jesús, ella lo escuchó decirle: “¿Dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?”
Jesús sabía cuán importante era para esta mujer darse cuenta y decir: “Ninguno me condena, Señor.”  Ya que el único que podía condenarla no lo hizo, porque Él iba a la cruz para ser castigado y condenado en su lugar.
Algo sucede cuando tú sabes que Dios no te condena hoy debido a la cruz.  La mujer recibió el poder de “ir y no pecar más (que era su problema)”.  De la misma manera, ¡tú vas a recibir el poder para vencer el pecado e incluso levantarte de tu lecho de enfermedad y no estar enfermo nunca más!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph Prince

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