Así que, no os afanéis por el día de
mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su
propio mal.
Mateo
6:34
Cuando los israelitas estaban en el desierto, Dios
los alimentó cada mañana con mana. Todo
lo que tenían que hacer era recoger el mana para ese día. Pero el mana no podía ser guardado para el siguiente día porque generaba gusanos
y hedía. (Éxodo 16:13–20)
El principio espiritual aquí es que Dios nos da mana o gracia para cada día.
Y la gracia que Él nos da para hoy, no es para ser “guardada,” ni para ser
usada el día de mañana. Él te da gracia el día de hoy para las
necesidades de este día. No te preocupes por las necesidades de
mañana. Cuando llegue mañana, descansa seguro de que habrá una provisión
fresca de Su gracia.
Si vas a gastar tu precioso tiempo y energía el día
de hoy, preocupándote por las necesidades de mañana, de la próxima semana o del
próximo mes, solamente entrarás en un ciclo de agitación, preocupación y
temor. Además, te perderás de lo que la gracia de Dios está proveyéndote
este día.
Así que, renuncia
a preocuparte por mañana, por la próxima semana, por el próximo mes y por
el próximo año. Con cada día que llega, Dios te da gracia nueva para hacer lo que
necesitas hacer ese día. Solamente descansa en Su fidelidad, enfócate en este día que Él te está dando,
¡y disfruta Su provisión fresca de
gracia para suplir las demandas de todas tus necesidades HOY!
Viendo a través de los ojos de la fe,
Joseph
Prince