Medita En
Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como
en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma
imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu. (2 Corintios 3:18)
¿Cuál es el valor de mirar
a Jesús? ¿Cómo pone esto dinero en tu
cuenta bancaria y comida en tu mesa? ¿Cómo
ayuda esto a tus hijos en sus estudios? Los
creyentes que me han hecho estas preguntas piensan que están siendo
pragmáticos, pero no se dan cuenta que los
milagros suceden cuando mantenemos nuestros ojos en Jesús. Mira lo que le sucedió a un pescador llamado
Pedro, quien fue uno de los discípulos de Jesús, en Mateo 14:22–33. Cuando su bote estaba en medio de un lago, la
cosa más práctica que un pescador experimentado podía hacer era quedarse en el
bote. ¡La ciencia dice que cuando salgas
al agua, vas a hundirte!
Pero el mayor milagro
que Pedro experimentó sucedió la noche en que a la voz de Jesús, salió de su
bote en medio de una tormenta. Esa
noche, los vientos eran intensos, pero mientras Pedro mantuvo sus ojos en Jesús, hizo lo imposible —él
caminó sobre el agua. Jesús estaba caminando
sobre el agua y cuando Pedro miró a Jesús, se
volvió como Jesús e hizo algo sobrenatural. La Palabra de Dios declara que “nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la
gloria del Señor, estamos siendo transformados
en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu”.
Amado, como Jesús es, así eres tú en este mundo.
Cuando mantienes tu enfoque en Jesús, tú
eres transformado a Su imagen de
gloria en gloria. Tú eres transformado por contemplar, no por hacer. Cuando veas que Jesús está por encima de las
tormentas de tu vida, te levantarás por encima de esas tormentas sin esfuerzo. Ninguna cantidad de esfuerzo propio podía
haber ayudado a Pedro a caminar sobre el agua. Cuando lo hizo, eso simplemente sucedió porque él estaba mirando a Jesús.
Permíteme compartir
contigo el testimonio de una señora en nuestra iglesia. Una mañana, ella fue a hacerse una mamografía
y los médicos encontraron algunos bultos en su pecho. Ellos le dijeron que regresara a la clínica
por la tarde para poder realizar más pruebas y determinar si los bultos eran
cancerosos. Pero esta dama me había
escuchado enseñar que así como Jesús es,
así somos nosotros en este mundo, y tenía esta verdad fresca en su mente. Entonces, antes de regresar a la clínica para
la biopsia, ella escribió en su informe médico: “¿Tiene Jesús bultos en su
pecho? Así como Él es, así soy yo en
este mundo”. Esa tarde, ella fue a hacerse
otros exámenes y ¿sabes qué? Los médicos
le dijeron que debió haber habido un error —¡ellos no pudieron encontrar los bultos!
¿Sabes por qué? Porque así como Él es, ¡así es ella también!
Acabas de ver el poder
de mirar a Jesús, de contemplarlo. Si tú
crees que simplemente mirar a Cristo no es algo práctico, te estoy desafiando
hoy para que veas que sí lo es. De
hecho, es la cosa más práctica que puedes hacer. Mantén
tus ojos en Jesús y te volverás más y más como Él —¡lleno de salud,
fortaleza, sabiduría y vida!
Viendo a través de los ojos de la
fe,
Joseph Prince